El inodoro de la realidad
Paranoico suspiro de desolación,
vidas que van y vienen
y están vacías.
Un dolor llano que martiriza al estomago del mundo.
La maldad, la muerte y la injusticia
se enfatizan por si solas.
Un capricho incontenible
pone en un altar a la mezquindad.
El gran sufrimiento es invisible
para las personas que están ciegas
por su estúpida vanidad.
Rey apático, solitario y aburrido
que lleva a su pueblo a lamer las botas
del supremo soberano
dueño del dinero, del poder destructivo
y de una bandera que los ignaros
idolatran por sus estrellas.
Victorias compradas, destinos comprados.
Aprendemos su lengua para poder comer,
seguimos y consentimos sus pasos
para permanecer “vivos”.
La libertad se alquila
y la justicia se vende al mejor postor,
la dignidad del pueblo se basa en una ramera.
Leyes nefastas,
morgues como palacios,
himnos patrióticos perdidos en el viento,
corazones que laten con cocaína
y cámaras ocultas que observan nuestros pesares.
Jóvenes incultos perdidos sin camino,
niñas embarazadas,
viejos que asesinan por el pan.
Sangre infestada, cielo quemado
agua podrida, muertes biológicas
y armas que son mas calientes que el mismo sol.
Futuro encuadernado y archivado.
Mentiras religiosas, árboles incendiados;
cultivos que se alimentan de sangre y sudor.
Desaparecidos sin motivo,
guerras políticas, verdades siniestras;
violadores, asesinos, estafadores
puestos en un pedestal y considerados ídolos.
Bailarines desnudos que giran y danzan
al compás del llanto de los pobres.
Aliento gastado, pulmones acabados,
mentes de piedra, pensamientos de madera,
miradas furtivas y muertes sin prisa,
Democracia frustrada, próceres olvidados,
padres acusados y la parodia de la realidad
es esto,
esta existencia,
este gran inodoro que llaman realidad
y es verdad.
