pero descubrí que estar despierto duele.
¿Cómo me guio ahora
si mi corazón
no quiere salir de su letargo?
Ya no quiere ser lastimado,
así que bombea mi sangre
con pudor,
con penurias
que se ausentaron,
pero no se borraron
estaban ahí,
latentes,
esperando renacer
por un estímulo
de desenfreno doloroso,
agobiado,
expelido,
de lo que queda
de tu amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario