La mirada del aguila

La mirada del aguila

Una de tantas mañanas

Una de tantas mañanas

donde veo la cascada
de destinos apurados
desde el bar y su ventana.

En la esquina de la avenida
una pareja discute,
ella está muy ofuscada
y él parece un niño encaprichado,
que le falta una palmada.

Ella le dice cosas a él
no puedo escuchar,
pero sobran los gestos
para imaginarlos pelear.

Ella le tira una bofetada
y él le atrapa el brazo
con el movimiento de su mano
neutralizando la estocada.

La toma de los hombros,
pero ella lo rechaza irritada;
él da un paso hacia adelante
con una valentía inusitada.

Afloran los despechos,
retoñan los reproches,
cada vez más maduras
las caras rojas, altaneras,
con sus gritos en derroches.

Ella lo toma de la camisa,
entonces pareciera que él
presiente a la relación
pendiendo de la cornisa,
denotado esto,
por su gesto de tonto,
de un iracundo tonto,
que sabe como lastimar,
pero que no soporta que lo lastimen
cuando la discusión empieza su trajinar.

Él da media vuelta,
y propinando improperios,
golpea su puño contra una puerta,
ella asustada lo toma de espaldas,
ambos se miran,
en un tumultuoso silencio,
como buscando el descanso
de un mutuo consenso.

Ambos lloran,
juro que me parte el alma esta escena,
se abrazan como si la vida
se fuera a perder sobre la arena,
así, con fuerza,
como el presagio de una tormenta
rompiendo la noche
cuando se pensaba serena.

Entre lágrimas sudadas
y venas hinchadas,
se besan como si nada,
yo siento al tiempo en cámara lenta,
supongo que están perdonadas
todas las afrentas.

Abrazados,
hombro a hombro,
se pierden por esa esquina
dando vuelta por la avenida,
la revuelta ya no es,
me quedo un poco pensativo
sintiendo que me nutro de fe.  

El reloj me marca la diez,
dejé la propina y pagué,
bebí de un sorbo el café,
me retiro contento,
parece que hoy…

triunfó el amor otra vez.

De Sol Elk

Desde hoy

Desde hoy

Mi camino por la vida,
siempre fue errático
con el tinte culpable,
de una incertidumbre constante.

Navegué entre penumbras
sin brújula, ni faro,
y cada error cometido
me costó muy caro.

Tengo el corazón cubierto de cicatrices
y gritos sordos encerrados en el alma,
el insomnio es y fue el compañero obligado,
el observador omnipresente,
de mis largas charlas con la soledad.

Aunque el sol brillaba intenso,
mi cuarto era de una azabache nostalgia;
me he topado con todo el mundo en mí andar,
pero aún así me sentí muy solo;
he visto miserias, pero también milagros.

Pisé espinas con mis pies descalzos
y el perfume del dolor
me llegó a parecer muy grato.

Y así a la deriva me encontré
sometido a cada rincón tétrico de la vida;
viajé sin rumbo,
sin importar el destino,
sólo zozobraba sin motivos.

Pero la creación comparte su  sabiduría
y así el timón
hacia un cielo optimista viraría.

Me encontré a mi mismo
conocí mis alas
y la poesía de mi hada.

Ahora surco infinitos,
ahora vuelo a mi ritmo
y la imaginación no está más
ni triste, ni encerrada
y no me importan más
las necias palabras.

Porque hoy los designios se develan
ante esta revolución de mi corazón,
y he encontrado del amor la veta
porque desde hoy,
al horizonte,

lo veré cada vez más cerca.

De Sol Elk

Duele y callas

Duele y callas

Niña que callas
y a veces ignoras,

pero te lamentas
por un corazón herido,

ese que a veces haces propio,
porque te puede la nostalgia cruel

y es que lo que más te duele
es la agonía de las distancias.

Y es así
que se secan tus labios,
por las mentiras.

¿Es que acaso otra vez renacerás?

Siempre volverás a empezar,
pero cuán pesada puede ser la vida,

que no te deja descansar.

De Sol Elk

La caricia de una fantasía

La caricia de una fantasía

El secreto amor
nos libera
de la realidad
y sus cadenas,
con alas apasionadas.

Todo miedo se despeja
para el brillo incandescente,
de los sentimientos
que empujan fuerte en el alma.

Ya no hay sillas vacías
y el aire se estremece
cada vez que entras,
en la habitación,
blandiendo sobre mi cuerpo,
tu calor.

Fusión conclusa
de tu vida con la mía
jamás nos toparemos con limites,
ni medidas,
si nos entregamos juntos…

a esta fantasía.

De Sol Elk