Miras la verdad
Un estropajo puede hablarte de novelas
inspiradas en amor
y eso es imposible,
porque él no conoce al amor.
Cuánto calor se llevo el invierno
y él, de cuántos de tus lamentos fue autor.
Injustificadamente te hizo sufrir,
prometiéndote no hacerlo nunca más,
y así el perdón se vuelve
en sólo una palabra sin valor.
Cada golpe de su “hombría”
iba marchitando tu corazón
dejándolo apagado y seco.
Cada día te mentías al decirte enamorada,
al creerte a su lado ilusionada.
No le bastó el maltrato,
ni el desprecio,
y la traición tuvo su precio
el que tú terminaste pagando.
Agotada por tu lucha,
por ti misma decidiste,
que vales mucho más que él
y hoy le abres la puerta al sol
para mirar la verdad del mundo
y florecer a tu corazón,
para que sus latidos te traigan vida
y salgas a luchar por la felicidad merecida.
Ahora crees en ti,
tus lágrimas ya no endulzan su café
y miras al mundo con fe.
De novelas invisibles puede hablarte un estropajo
pero tú eres una princesa
y nunca más,
por su apariencia,
confundirás a un príncipe…
con un sapo.
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