La mirada del aguila

La mirada del aguila

Fuiste capaz

Fuiste capaz

Fueron demasiadas las veces que te sentiste muy sola,
olvidada por el cariño,
abandonada por los brazos y engañada por amor.
Tantas veces las horas en penumbras se te hacían infinitas
con los fantasmas de su recuerdo, volviendo a tus sueños en desvelos,
en espantos y melancolías.
Cuánto caíste sin merecerlo y perdías la fe
cada vez que te veías empezando todo de cero, siempre de nuevo.
Y así, una y otra vez se consumía tu paciencia
y en tu corazón crecían el desosiego y el cansancio
por todo lo que te tocaba enfrentar,
porque siempre estabas obligada a perdonar.
La vida es un camino con interminables encrucijadas
y es tan difícil encontrarse con los atajos correctos
evitando equivocarse, porque la vida es eso,
una calle de un solo sentido, un único viaje, solo de ida.

El dolor de las lastimaduras te obligan a volver sobre tus pasos,
insistiendo en reconstruir algo roto, imposible de reparar.
Pero a veces, tomamos la dirección acertada,
el rumbo esperado, un destino soñado.
Y hoy, las cadenas están liberadas,
las barreras superadas y las peleas ganadas,
porque lo viste, lo descubriste,
a quien te levanta, a quien a tu lado luchará con espada.
Y así se eleva tu alma a un cielo nuevo,
montada sobre un viento de esperanza.
Porque ahora te conviertes en mejor persona,
en una más completa, porque te diste otra oportunidad,
seguiste buscando ese camino que te lleve a la felicidad,
porque hoy…
mujer de coraje, mujer sin maldad
fuiste capaz…

de volverte a enamorar.

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