La mirada del aguila

La mirada del aguila

Ese… (2002)

Ese… (2002)

Aquel hombre lloró por todo aquello que no vivió,
se sentía lastimoso por lo que se perdió,
el tiempo pasa y las heridas quedan, estoy solo, pensó.
Sin una brújula, sin ninguna guía, la existencia cruzó.
Su propia hipocresía lo enfureció, la monotonía,
la propia avaricia, su propia navaja lo lastimó
¡qué patético el llanto de un hombre fuerte que ahora llora como un niño!
No pudo superarlo, pero tuvo que soportarlo,
porque su propia enfermedad no curó.
Destinado a no ser santo, enjuiciado a no ser salvo, una lágrima derramó,
pero fueron varias, muchas, incontables.
Durmió en su propio pecado y con la lujuria en sus manos,
su sangre derramó, pero nunca se dio por vencido,
y ella lo perdonó.

No hay comentarios: