La mirada del aguila

La mirada del aguila

Delirio

Delirio

Un tren gritaba por la sufrida vía
y no escuche nada mas...

parecía que hasta los pájaros estaban de huelga.

La foto de ella
pendía sobre la mesa.

Como podía quitarle la vista de encima?
Si estoy contagiado de su esencia.

La monarquía del día estaba terminando,
las horas estaban derribando al ocaso.

Jamás olvide como sus manos
florecían con su estirpe de caricias.

En mi,
en todo de mi.

Los claveles ya no están frescos
y las mañanas palidecen con secretos.

Aquí estoy,
con mi alma acallada

adentrándome,
en bosques helados,
de pasados no olvidados.

Estoy gobernado por la voz del insomnio,
estoy dominado por una lágrima que nace.

Crepita la sed de amor,
crepita un recuerdo de pasión,

Afuera,
una multitud construye la noche,

sus pasos incesantes le dan forma a la ciudad
y sus carcajadas que retumban, en mi soledad.

No puedo dejar de mirarla,

su imagen está enmarcada
en mi angustia oxidada.

Y las palabras que no derriten mi agonía,
volviendo toda esperanza en lejanía.

Extrañar es tan intenso,
que se desmorona todo argumento.

¡Ya no puedo su ausencia soportar
todo mi cuerpo se estruja por amar!

El ruido de la puerta…

y la veo llegar.

De Sol Elk

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